Luego ¿Cómo se puede mantener en el aire? Primero hay que “lanzarlo” a una cierta altura, remolcado por una avioneta para subirlo hasta unos 600 metros sobre el suelo. A partir de ahí, el velero se suelta del cable de arrastre y empieza su vuelo libre. En el fondo, es como una bicicleta sin pedales que siempre, para mantenerse en equilibrio, irá cuesta abajo.
Pero el viento no sólo se mueve horizontalmente, como lo sentimos desde el suelo, sino también verticalmente. De forma que si el planeador o velero entra en una corriente ascendente, respecto al aire que le rodea bajará, pero respecto al suelo puede ascender, si la corriente ascendente sube más rápido de lo que baja nuestro avión.
En realidad no hacemos sino copiar lo que hacen algunas aves como buitres y águilas, que giran sin batir las alas, aprovechando las fuerzas que les aporta la Naturaleza.
El vuelo sin motor es algo relajante: disfrutar de moverse en el espacio, mecido solo por el sonido del viento al rozar nuestras alas. Algo absolutamente seguro y sin peligro, que hará disfrutar de una experiencia única a la persona que vuele en un velero, como pasajero en un avión manejado por un piloto con gran veteranía y destreza. Unas vistas espectaculares de nuestras montañas, de los parajes del Parque Natural de Somosierra, compartiendo el espacio con los majestuosos buitres y águilas que muchas veces nos acompañan en nuestros vuelos.
"¡Experimenta la aventura de un vuelo de divulgación con nosotros! No te arrepentirás."